En el Periódico Reforma del Viernes 11 de enero de 2013, salió publicada una nota en la Sección de Negocios de Jonathan Ruiz. El periodista entrevistó a Hamid Moghadam, Presidente de Prologis,  una empresa multinacional especializada en la renta de inmuebles de uso industrial, quien señaló que en México la tierra (cuando menos la de uso industrial) es más cara que en otras ciudades norteamericanas como Chicago y Dallas.

No me sorprende. En efecto, la tierra en México, no sólo de uso industrial, sino de cualquier uso (comercial, habitacional, mixto, etc.) es muy cara y la causa, a mi juicio, es la falta de regulación de la oferta de suelo y los impuesto inmobiliarios tan bajos que se pagan, básicamente en predial.

Expertos del Lincoln Institute of Land Policy, entre ellos Carlos Morales, señalan que impuestos altos a la propiedad inmobiliaria son un incentivo para retener menos el suelo, con lo que se evita la especulación, el acaparamiento de tierra, se incrementa la oferta del mismo y en consecuencia, los precios del suelo tienden a disminuir.

Si los gobiernos locales cobraran impuestos fuertes al suelo, no sólo se evitaría la especulación y el incremento de los precios del suelo, sino que éstos disminuirían y permitiría además mejorar las finanzas locales, que tanta falta le hace a los municipios, hoy en día prácticamente en la quiebra.

Juan Carlos Zentella Gómez
Local & Global Ideas